El mundo de las franquicias gastronómicas está experimentando un crecimiento vertiginoso, con una diversidad de conceptos que se expanden día a día. Si bien las franquicias se encuentran presentes en diversos ámbitos comerciales, es en el sector de la restauración donde su crecimiento es especialmente notable.

Cada vez más propietarios de restaurantes están dando el paso hacia la franquicia, lo que conlleva una serie de desafíos que van desde el ámbito legal y operativo hasta la formación del personal, el marketing y, por supuesto, la necesidad de mantener una consistencia en la calidad y experiencia ofrecida en todos los locales.

Una vez superadas estas etapas iniciales, surge el desafío de comercializar la marca, lo cual representa otro hito importante para las empresas franquiciadoras. Es posible que al principio no sea prioritario abrir numerosas tiendas, sino más bien concentrarse en superar la curva de aprendizaje inicial, lo que posteriormente permitirá un crecimiento más rápido y sostenido.

Entonces, ¿cómo iniciar el proceso de transformar un negocio familiar en una franquicia? El primer paso es evaluar cuidadosamente el modelo de negocio y determinar si cuenta con los elementos necesarios para ser replicable y escalable. A partir de ahí, es fundamental contar con un plan estratégico sólido que aborde aspectos como la selección de franquiciados, la estructura de costos y el desarrollo de manuales operativos que garanticen la uniformidad en la calidad y el servicio ofrecido en cada local.

En resumen, el camino hacia la transformación de un negocio familiar en una franquicia exitosa requiere de una planificación cuidadosa, un compromiso con la calidad y la consistencia, y una estrategia de crecimiento bien definida.

Jorge Guglietta

Gastronomic Franchise Specialist